APTO ESCOLAR

¿Por qué vamos a escribir sobre esto ahora? Vamos a hacerlo ahora para que todos recordemos y apuntemos en nuestra agenda un turno con nuestros pediatras para poder hacer el apto físico en nuestros hijos entre diciembre y febrero para que no se acumulen o sobrecarguen agendas familiares. Vale recordar que el apto físico tiene una validez de un año.

El apto escolar o apto físico médico es una evaluación médica clínica (y dependiendo la edad con algunos estudios complementarios simples y no invasivos) que se realiza con el objetivo de determinar la aptitud de una persona para realizar determinadas actividades físicas o deportivas, recreativas y educativas, pero por sobre todo para realizar una pesquisa precoz de algunas patologías.

¿Y para qué realizar esta inspección de salud universal de la población en estos estadíos de la infancia? Porque en muchas instancias pueden encontrarse condiciones clínicas que podrían aumentar la mortalidad del paciente en cuestión (cardiopatías congénitas o adquiridas que no muestran signos clínicos de ningún tipo con la actividad y esfuerzo habitual). Y en aquellos en quienes no hay afectación de la mortalidad, si se puede pesquisar morbilidad y complicaciones, como problemas de la vista o de la audición que disminuyan progresivamente el desempeño escolar.

Durante el apto físico, se evalúan diferentes aspectos de la salud y la condición física de la persona. Dejame detallar abajo todo lo que se ve en una consulta para apto escolar.

Historia clínica: Se evalúan antecedentes patológicos previos tanto propios como familiares. Se indaga minuciosamente si hubo muertes en la familia cercana y por qué. Se incluyen antecedentes de alergias, uso de medicación, cirugías y cualquier otro antecedente de importancia. La historia clínica da un panorama de qué estudiar primero, o qué estudiar aparte.

Examen físico: Se deben consignar peso, altura, presión arterial (a partir de los 3 años) , auscultación cardíaca y pulmonar, semiología abdominal y neurológica. examen de los sistemas musculoesquelético y neurológico. A partir de los 2-3 años dependiendo de cada niño y sus capacidades, también está bueno realizar una evaluación de la columna, rodillas y apoyo de los pies. A su vez, siempre con consentimiento del paciente y sus familiares, y contándole lo que se va a realizar, conviene hacer una valoración de genitales externos.

Valoración cardiovascular: A toda edad es recomendable realizar una valoración cardiológica toma de pulsos y tensión arterial, agregándole a partir de los 6 años la valoración con electrocardiograma en todos los niños a fin de pesquisar patologías cardíacas y sus posibles complicaciones funcionales. Estos estudios serán de especial importancia en aquellos niños que se involucran en deportes de mayor esfuerzo cardiovascular (especialmente en aquellos federados en algún deporte).

Evaluación respiratoria: En caso de niños con antecedentes personales o familiares respiratorios de importancia conviene realizar una evaluación minuciosa del aparato respiratorio o inclusive una interconsulta con neumonología.

Evaluación oftalmológica: Conviene siempre realizar una valoración indirecta de posibles problemas oftalmológicos mediante juego y observación de actividades. A partir de los 3 años ya podrán empezar a hacerse otro tipo de evaluaciones, inclusive con tests homologados con dibujos. Al ingreso escolar ya se realiza el test homologado en todos los niños.

Evaluación audiológica: Si bien la evaluación de la audición se realiza de forma constante y en cada consulta, los tests homologados como la audiometría tonal por juego puede comenzar a hacerse desde aproximadamente los 3-4 años dependiendo de la colaboración del niño. A partir de los 6 años (ingreso escolar) es clave poder realizar un test de audición que pesquise alteraciones que puedan condicionar la capacidad de aprendizaje de los niños.

Esquema de vacunación: cada evaluación pediátrica requiere una valoración del calendario de vacunación, completándolo de ser necesario de acuerdo con las vacunas recomendadas al momento de dicha revisación médica.

En resumen, la utilidad y necesidad de realizar periódicamente el apto físico es la de identificar condiciones médicas o factores de riesgo tanto sociales, emocionales y de comunicación que puedan poner en riesgo o vulnerabilidad a nuestros niños a la hora de realizar cualquier tipo de actividad, pero especialmente física.

Es también una herramienta que permite a los profesionales realizar recomendaciones y anotaciones personalizadas apuntando a cada paciente, permitiendo que estos adapten sus prácticas deportivas a sus necesidades individuales. En muchos casos se pesquisan inclusive problemas que muchas veces no son evidentes, dejando que surjan modificaciones para la realización de deportes de forma segura.

Los requisitos del apto físico dependen de los lineamientos de cada país, así como de las instituciones, el tipo de actividad física propuesta y las normas locales de realización de la misma.

Los niños que realizan actividad física competitiva, y más aún quienes se federan en ciertos deportes tendrán aptos físicos que demandarán otros estudios, o mayor frecuencia en los mismos.

Dra. Maria Sol Cabezas Hurtado
M. N.135.859