DENTICIÓN: ETAPAS Y MANEJO DEL DOLOR

La dentición infantil es un proceso totalmente natural que puede cursar con algunas molestias y sinsabores por los cuales los bebés deben pasar a medida que sus dientes comienzan a emerger a través de sus encías.

Es un proceso largo, por lo cual pueden suceder muchas cosas en el medio, como por ejemplo que los bebés cursen alguna infección banal en simultáneo, haciendo que culpemos a la dentición por cuanta fiebre, dolor, malestar, diarrea o erupción cutánea exista. ¿Por qué menciono esto? Porque está bueno que, en cualquier niño menor de seis meses, así le esté saliendo la dentadura completa junto con colmillos de vampiro, si hay fiebre, ¡primero descartemos otros motivos!

La dentición suele comenzar alrededor de los seis meses de edad y puede durar hasta los tres años.

Los primeros dientes en salir suelen ser los incisivos centrales inferiores; el par. Aunque no necesariamente, si salen otros primero, signifique que hay un problema.

Comienza alrededor de los 6 meses y es normal que pueda retrasarse hasta el año y medio aproximadamente. Durante esta etapa, es posible que el bebé presente un poco de dolor o incomodidad en las encías, así como irritabilidad e inclusive, las encías inflamadas.

Un dato crucial es que cuando aparece el primer diente, ya corresponde entrenar a la familia a lavarlos, con cepillo ¡Y con pasta!. Gran parte de las familias cree que la pasta dental es una cosa de niños más grandes, o inclusive potencialmente tóxica. Lejos de ellos, la pasta dental, usada en cantidades adecuadas según la edad, es super segura.

Para aliviar el dolor, se puede ofrecer al bebé objetos que sean seguros para que mastique; mi favorito es el mordillo frío. También son muy útiles los cepillos de silicona con los que, frotando, se puede aliviar la tensión de las encías inflamadas, pero recuerden que los bebés ¡OUCH, ya pueden morder!

Obviamente en caso de sentir que necesitamos una ayuda extra para manejar el dolor, es importante consultar a nuestro pediatra para que nos indique una analgesia apta para la edad, y en una dosis adecuada. Desde ya los anestésicos como la lidocaína se desaconsejan porque pueden generar arritmias cardíacas.

Tras estos primeros dos dientes, en los meses subsiguientes le toca el turno a los incisivos centrales superiores, los incisivos, los caninos y por último los molares.

En el caso de estos últimos, los niños ya son más grandes, alrededor de los dos años, por lo cual muchas veces nos manifestarán sin dejar lugar a dudas, el dolor o la molestia.

Para esta etapa hay que enfatizar la importancia de la limpieza dental, ya que los molares son más propensos a los procesos cariogénicos por permanecer más tiempo en contacto con las bacterias de la boca (aunque hablemos y cantemos como pajaritos, es raro que estos dientes queden muy expuestos, así que generan un hábitat muy propicio para que se alojen las bacterias y decidan quedarse).

Importantísimo que alrededor del año de edad vayamos agendando una visita a odontopediatría para controlar que todo marche sobre rieles.

Para ir terminando este tema, no olvidemos que la dentición infantil es un proceso natural que puede generar incomodidad y dolor en bebés en cada una de sus etapas, obligándonos a prepararnos para manejar estos inconvenientes con paciencia y amorosamente.

Dra. Maria Sol Cabezas Hurtado
M. N. 135.859