A la hora de hablar de alergias, lo primero que quiero recordarle a la población general es que no es alérgico el que quiere sino que es alérgico el que puede.
En los alérgicos hay un sistema inmunológico que decide que hay cosas que no son en general patógenas o nocivas (o sea, no son virus ni bacterias ni parásitos ni nada que me pueda enfermar) a las que va a tratar como tales. Es así que genera anticuerpos contra estas cosas y cada vez que se las encuentra de nuevo reacciona como si se hubiese encontrado un bicho, se activa por todos lados y uno empieza con síntomas de alergia.
Práctico, no?
NO.
La cosa es que el sistema inmune es un aparato heredado de nuestros padres, por ende, cuando tengo un familiar de primera línea que es alérgico, mis chances de ser alérgico aumentan. Sin embargo, puede suceder que haya un debut de un alérgico en una familia de gente que no lo es.
Durante la primavera es cuando la mayor parte de estas personas tienen la expresión de toda su patología por la gran cantidad de alergenos que andan dando vueltas por la floración, la polinización y explosión hermosa de la naturaleza. Bueno, pobres, para ellos no es tan hermosa esa explosión.
Es una cuestión estadística: muchos alérgicos son alérgicos a cosas similares (por ej, las gramíneas) y durante esta época estas aumentan juntas en todos lados. Es así que la primavera es La Estación de la Alergia (no de la alegría).
A esta alergia se la conoce como alergia estacional, y en algunos otros lugares del mundo como Fiebre del Heno (o Hay Fever). Suele darse por gramíneas, polen, la mayor movilización partículas de plátanos, olmos y de árboles en general que son liberadas por ellos como parte de su proceso de fecundación natural.
La cuestión es que el sistema inmune las capta, las reconoce como invasoras y les da con todo su arsenal, liberando sustancias químicas y células de ataque y eso genera un montón de síntomas, muchas veces preocupando a más de una familia:
Estornudos.
Rinitis o picazón de nariz y/o garganta.
Congestión nasal con respiración bucal.
Secreción nasal acuosa y clara.
Goteo retronasal con tos nocturna por irritación.
Picazón y enrojecimiento ocular, ojos llorosos (a esto se lo llama conjuntivitis alérgica)
Broncoespasmos y/o asma (ojo con esto! Siempre hay que consultarlo para valorar la dificultad respiratoria!)
El diagnóstico se hace por la clínica de la persona en cuestión y puede hacerlo su pediatra de cabecera que decidirá cuándo hacer la consulta con el alergista en caso de que sea necesario realizar estudios.
¿Y mientras tanto se puede tratar de alguna manera?
Bueno, acá es donde surge el gran tema. La alergia tiene un tratamiento de los síntomas apuntando al alivio de los mismos, como el uso de los antihistamínicos. Sin embargo, la alergia no puede curarse en sí como se curan las infecciones. Siempre que haya exposición a agentes alérgicos, aparecerá ya que es la expresión del sistema inmune con una función un poco desregulada. Así que gran parte de su tratamiento radica en identificar la sustancia que produce la alergia para así evitarla.
En el caso de las alergias estacionales como las de la primavera se recomendará mantener las ventanas cerradas, ventilando cuando el niño alérgico no se encuentre dentro del ambiente. A su vez tomar las precauciones necesarias en días en los cuales los vientos son más fuertes, como por ejemplo ir al colegio en auto y no caminando para disminuir la exposición al polen y las gramíneas, o que el juego al aire libre sea luego precedido por un baño para eliminar el depósito de estas partículas sobre el cuerpo.
En algunos casos tras la consulta con el especialista en alergia se recomendará el uso de vacunas antialérgicas para lograr la desensibilización progresiva del niño al alergeno. Y vale la pena siempre recordar que en estas épocas es importante pasar más seguido la aspiradora y lavar peluches dejándolos más resguardados y no tan expuestos a la acumulación de polvo ambiental.
Con adecuadas precauciones y un buen seguimiento la primavera puede ser una estación hermosa de verde y flores!
Dra. Maria Sol Cabezas Hurtado
Matricula Nro. 135.859